El verdadero hombre no mira de qué lado se ve mejor si no de que lado está el deber; y ese es el único hombre práctico, cuyo sueño de hoy será la ley del mañana. José Martí

martes, 1 de mayo de 2007

Cazando Utopías


Era imposible no retomar el blog sin la ansiedad de escribir algo sobre el Cabildo. Generoso de palabras al hablar, mi exiguo vocabulario literario no arrojó las adjetivaciones precisas para quedar tranquilo con la empresa de satisfacer aunque sea a mi más asiduo (querido y único) lector, que por cierto fue compañero de acordes en aquella aventura. Por más recuerdos que fumé mientras intentaba reescribir nuestra historia, en cada bocanada mi memoria, simple e incauta, se desligó de las palabras...

Perdido en mis archivos, posiblemente de mediados de 20
03:

Al asumir la tarea de fomentar el desarrollo cultural de la comuna, lo hicimos a través de un nuevo - y casi espontáneo- modo de hacer cultura. Éste descansó sobre los siguientes pilares: i) el respeto a la diversidad, no sólo de las disciplinas artísticas e intelectuales, sino también de las expresiones políticas al interior de nuestra organización; ii) la equitativa distribución de tareas, lo que nos ha asegurado una real participación de todos sus integrantes aumentando la eficacia y eficiencia al momento de emprender nuestras empresas; y, iii) la racionalidad, - o más bien sentido común- concebida como el único mecanismo capaz de asegurar un cierto éxito en el desarrollo de la gestión.

Nuestra rápida maduración nos hizo enfrentarnos al autoritarismo local cara a cara: expulsión de la Cuenta Pública, los constantes insultos y agresiones del señor Arenas contra algunos miembros, amenazas en contra de los miembros de la organización, cartas de repudio a las organizaciones que nos apoyan, complicidad de carabineros para entorpecer actividades, etc. Mas, de todos estos intentos salimos fortalecidos y jamás pudieron retrasar ni siquiera en una hora el avance de nuestro obrar; nuestro modo de hacer cultura, dado los principios que lo sustentaron, impuso la necesidad de enfrentar este autoritarismo y combatirlo poco a poco hasta que su pétrea sensibilidad evidenció su torpeza; de esta forma las autoridades municipales se vieron en la obligación de promover iniciativas culturales (afines a su ideología claro), las que al lado de nuestras actividades (calificadas como las mejores a escala regional), pasaron desapercibidas. De todas formas pese a la magra gestión cultural exhibida por la municipalidad, los grandes beneficiarios fueron los vecinos, que al fin pudieron optar a una oferta cultural distinta a la nuestra.


Si el autoritarismo arrogante no pudo vencernos, fueron las actitudes de nuestros compañeros de causa las que constantemente pusieron en peligro una y otra vez nuestra organización: primero porque acogimos la necesidad de espacio reclamada no sólo por las organizaciones culturales comunales, sino por todos aquellos que de alguna forma se sentían marginados en estas tierras, pero muchos no aprovecharon las instancias generadas demostrando que su ineptitud es proporcional a la fuerza de sus reclamos por falta de espacios; en segundo lugar decimos construir un futuro con y no para los artistas, lamentablemente muchos no entendieron este objetivo negándonos la posibilidad de mejorar nuestro quehacer con su apoyo; y en tercer lugar, al ser la nuestra una organización de voluntarios, nuestras labores fueron ejecutadas bajo la más estricta austeridad y honestidad, obligándonos a alejarnos de los intereses mezquinos de todos aquellos que más de alguna vez intentaron sacar dividendos políticos o económicos de nuestras acciones, no es de extrañar que los discursos sociales y políticos más incendiarios que hemos escuchado en contra del "sistema" (del que aseguran que somos parte vinieran de estos personajes, los mismos que cobardemente nos traicionaron una y otra vez.


Sin embargo, la acelerada profesionalización de nuestro modo de hacer cultura, democrático, solidario y racional, logró superponerse a todos estos desafíos, y poco a poco nos alejamos del fantasma quijotesco que envuelve el trabajo de base. Hoy, retirados de las canchas, gozamos duna considerable credibilidad y estima ante la comunidad, siendo respetados incluso por nuestros adversarios. ¿Por qué? porque en un par de años logramos cumplir sueños comunales postergados por décadas haciendo gala de una capacidad que sorprendió a todos los que creían que no pasábamos de ser unos chascones idealistas cazando utopías en bicicleta.


PD: Me excuso por las omisiones; en las líneas aneriores se me olvidó: Mis Belmont Azules y tus Derby Rojos; el Tontín, el perro de la casa; y el Cofla, el perro de Felipe, (aunque ambos hayan terminado siendo de Felipe y de la casa); un libro de actas azul; los inventos de Eduardo, inumerables viajes en camión; lo que nadie quiso decir: nos creiamos hippies y qué, la maldición Gitana; mis cien guitarras y mis tres canciones, LA PALMERAS.... y todo lo demás

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