El verdadero hombre no mira de qué lado se ve mejor si no de que lado está el deber; y ese es el único hombre práctico, cuyo sueño de hoy será la ley del mañana. José Martí

lunes, 5 de septiembre de 2011

15 Minutos (epílogo del clásico metropolitano)

Quedan 15 minutos, y la victoria de Magallanes por 1-0 deja el destino de los Manojitos en una azarosa definición por penales. A Martín le encanta este tipo de definiciones, sueña con atajar penales en alguna instancia decisiva, y lograr así, gracias a sus manos, que Magallanes sea campeón del mundo (porque así sueñan los niños… en grande). La tensión se descomprime violenta pero alegremente…me pongo de rodillas para abrazar a Martín que salta hacia mí soltando agitando su bandera que se despliega al viento para saludar al cielo… entre los brazos en alto, veo que jorge logra contener sus ganas de saltar, gritar y hasta bailar -me imagino- para mantener su pulso y capturar en imágenes la alegría desbordante de la Guardia Albiceleste. Entre los gritos de gol, una trompeta solitaria toma las riendas de esta algarabía y sin detener la euforia albiceleste canaliza la fuerza de sus voces hacia los compases del himno magallánico, mientras, del otro lado escucho languidecer el latido microbusero, cuyo bombo parece abandonar sus pulsaciones vitales en estos infartantes últimos minutos...
Tiro de esquina a favor del Chaguito, quedan escasos minutos, tal vez segundos, quizás menos de lo humanamente perceptible, pero de todas formas son largas horas para todos los que estamos en La Pintana… la pelota, en su afán de vencer la ley de gravedad, se eleva más de la cuenta; convertido en delantero, el arquero del Chago no logra conectar su cabeza con ésta y caído en el pasto es testigo del explosivo contragolpe magallánico hacia una arco vacío… Martín, en cada paso de esta frenética carrerea, aprieta mi mano cada vez más fuerte, sus ojos dejan de pestañar, se agrandan como queriendo devorar lo que mira… sólo quedan un par de segundos, un puñado de metros, un último esfuerzo, un gol más y volveremos a abrazarnos y a remecer las nubes con nuestra alegría…

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